sabato 16 febbraio 2008

Rambo y el Vaticano

  • 13 mil niños mueren de hambre cada día;
  • 200 mil muertos en Darfur en cuatro años y medio de guerra;
  • 1 millón de muertos producidos por la «democracia” impuesta a ritmo de bombas por los EE.UU. en Irak;
  • Etc.

La sociedad civil romana molesta por la ingerencia inoportuna y continua de la Iglesia en asuntos fuera de su competencia

La continua ingerencia del Vaticano en los asuntos internos del estado italiano esta vez está llegando a alcanzar un grado de incoherencia sorprendente. En un mundo donde la guerra, el hambre, la desnutrición infantil y muchos otros males que nos amenazan cotidianamente, la CEI (Conferencia Episcopal Italiana) prefiere hablar de cine y de “escenas eróticas vulgares y destructivas”, refiriéndose a las escenas interpretadas por Nanni Moretti (prestigioso director de cine italiano) e Isabella Ferrari en la película “Caos calmo”, de Antonello Grimaldi.

Esta es la opinión de los obispos católicos italianos, expresada en una carta del responsable de la CEI para la pastoral juvenil, Niccolò Anselmi, sosteniendo que “de un excelente director de cine como Moretti y de un rostro sensible y delicado como el de Ferrari me esperaba una escena romántica, delicada, de ternura, talvez un momento de amor abierto a la vida, a un hijo”. Por el contrario, ofrecen una escena fuerte con dos actores que “hacen el amor de pie, vestidos, sin mirarse a los ojos”.

Por eso invitan a los “profesionales” del espectáculo a que no se presten más a escenas que podrían inculcar en los m más “débiles” “fantasías eróticas que se vuelven dependencias y generan violencia”.

¿Sorprendente, no? Críticas bastante pesadas a actores y directores de cine de prestigio y que han ganado muchos galardones en el ámbito nacional e internacional… en un argumento que para el Sr. Anselmi y los demás obispos del Vaticano es completamente desconocido: el sexo… o, al menos se espera que así sea. Miles de noticias diversas nos demuestran que, desafortunadamente, la iglesia mundial se encuentra metida plenamente en muchísimos escándalos sexuales y en numerosísimos casos de abusos y violaciones de menores…

Volviendo a la carta de Anselmi, las reacciones, por parte de la sociedad civil, no han sido pocas. Angelo Bonelli (de la lista política de los Verdi) sostiene que “parece estar regresando a 1972 cuando fue censurado ‘El último tango en París’ de Bertolucci,”. Por su lado, el director de cine Franco Zefirelli afirma que para la iglesia debería ser algo “de importancia mínima” todo lo que hace Moretti e invita a la Iglesia a que “tal vez sería mejor que hablaran menos. Que no expresaran su indignación a menos que fuera frente a los horrores del mundo que en verdad merecen, pero no de cosas irrelevantes como esta”.

La iglesia ataca fuertemente al telediario de la primera red italiana (TG1) acusándolo de haber mandando en onda la escena de sexo y de haber dedicado poquísimo tiempo a Kenya, donde se están dando estragos además del rosario de muertes por la miseria y la pobreza. El TG1 niega haber transmitido las escenas “calientes” del filme. Sin embargo, se respira en el aire institucional, laico, religioso, la observación de Zefirelli.

Escenas de sexo no, es mejor el cuchillo de Rambo

En estos días sale en las salas cinematográficas el enésimo capitulo de la serie sanguinaria Rambo, donde Silvester Stallone una vez más (esta vez en Birmania) nos regala un enorme listado de muertes, masacres, heridos, amputaciones y descuartizamientos con bombas “inteligentes” y todo el acostumbrado menú...

Ante la reflexión del representante de la CEI, me permito hacer una pregunta: ¿por qué turba tanto a los obispos una escena de sexo en un filme -dirigido a un público laico italiano de 60 millones de habitantes, en un país donde los católicos rondan escasamente el 10% de los habitantes- mientras no dice nada de un filme que propone el horror a razón de 2.29 muertos por minuto (según el cálculo de la prensa estadounidense)?

La solución a esta interrogante parece provenir de las palabras mismas de Stallone, en respuesta a una cronista que le preguntaba por qué en el nuevo episodio de la serie no había escenas de sexo: “Rambo tuvo un accidente en Viet Nam que le cortó algo, por eso usa un cuchillo grande”.

La sangre que corre como ríos, la búsqueda formas siempre nuevas y más eficaces (en lo que se refiere a la cantidad de muertos) son los temas que Rambo, el asesino en serie –pero en nombre de la libertad del Occidente- propone y que, sin embargo, parecen no turbar a los obispos italianos. El encuentro entre un hombre y una mujer, no… es mejor el cuchillo de Rambo que el sexo entre dos adultos.

El silencio absoluto del Sr. Anselmi ante las verdaderas atrocidades del mundo nos deja perplejos. Sr. Anselmi, ya que la Santa Sede se intromete continuamente en los asuntos inherentes a esta sociedad civil laica, permítame hacerle algunas preguntas: ¿durmió bien en su lujoso cuarto, calientito dentro de su pijama de seda? ¿se tomó un baño caliente? ¿se vistió con hábitos bien lavados, perfumados y perfectamente planchados? ¿tomó su acostumbrado desayuno? Me imagino que sí: tal vez es por eso que no se da cuenta que en el “mundo verdadero” una escena de amor en un filme es algo de importancia mínima ante las atrocidades que vive la humanidad cotidianamente y ante las cuales (la verdadera tragedia dentro de la tragedia) la iglesia observa un silencio religioso.